Buscar

Entradas populares

jueves, 10 de mayo de 2012

Origen de la JMJ

Autor: Jesús Pulido Arriola 

Y al hablar de la Jornada Mundial de la Juventud el nombre del Papa tiene importancia, al menos en sus  inicios. El mismo Benedicto XVI subraya siempre que la idea de la Jornada Mundial de la Juventud es una «intuición feliz», «una idea luminosa» (Colonia), «una intuición que yo considero una inspiración» del Papa Juan Pablo II, su «genial iniciador».

Es indudable que el inicio de las JMJ está vinculado a la figura de Juan Pablo II. «Vosotros sois el futuro del mundo, la esperanza de la Iglesia. Sois mi esperanza», así se dirigía el Papa el 22 de octubre de 1978 a los jóvenes en la inauguración de su Pontificado, traduciendo para ellos su ‘lema’ «Abrid las puertas a Cristo», con la certeza de que las puertas del tercer milenio las abrirían los jóvenes. Y no eran sólo palabras: en sus visitas a las parroquias de Roma, a las  diócesis de Italia o en sus viajes apostólicos por el mundo, siempre pedía un encuentro con los jóvenes. De manera que se convirtió en una costumbre, que en principio parecía debida a su estilo cercano, que  sabe moverse en el escenario, conectar con los jóvenes[1].

En el año 1983 convocó el Año Santo extraordinario de la Redención a los 1950 años de la Pascua. Con tal motivo, invitó a los jóvenes de todo el mundo a celebrar el Jubileo internacional de la Juventud en Roma el Domingo de Ramos, 14 de abril de 1984. Ante los resultados obtenidos (unos 300.000 participantes), el Papa al saludar al comité organizador en el atrio de San Pedro, les dijo ese mismo día: «La idea es buena, hay que continuarla». Y, pocos días después, en la eucaristía de clausura del Año santo, el Domingo de Resurrección (22 de abril de 1984) entregó, en gesto profético, a los jóvenes la Cruz de la Redención que ha acompañado todas las JMJ[2].

Y la ocasión para continuar la idea  se presentó el año siguiente, 1985, declarado por la ONU Año internacional de la Juventud, iniciativa a la que la Iglesia se sumó, dedicando el Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz a los jóvenes («La paz y los jóvenes caminan juntos»)[3].

Carta apostólica «a los jóvenes de todo el mundo», que se ha convertido en la carta magna de Pastoral juvenil, e invitando de nuevo a los jóvenes a  Roma el Domingo de Ramos en 1985. El éxito de este nuevo encuentro  confirmó su impresión del año anterior y decidió instituir la Jornada Mundial de la Juventud, que fue anunciada el 7 de abril de 1985[4] en el Mensaje de Pascua y confirmada el 20 de diciembre de 198512, de manera que las Jornadas mundiales de la Juventud empiezan a contar desde 1986, aunque en los años anteriores prácticamente ya se habían celebrado sin este nombre. Desde entonces, la JMJ se  celebra anualmente el Domingo de Ramos en las diócesis; como el resto del Jornadas mundiales, está acompañada de un mensaje del Papa, pero además cuenta con un encuentro internacional del Papa con los  jóvenes cada dos o tres años[5].

Este encuentro, que está en su mismo origen, con el que no cuentan otras Jornadas, es el que ha caracterizado las Jornadas Mundiales de la Juventud como una «peregrinación» del Papa con los jóvenes a través de los cinco continentes.

Benedicto XVI ha continuado con la iniciativa y la ha integrado en su visión pastoral. El 12 de julio de 2008, en el vuelo a Sídney, decía: “Me parece que la JMJ –al menos para el futuro próximo– es una fórmula válida que nos permite entender  que desde diversos puntos de vista y desde diversas partes de la tierra vamos hacia Cristo y hacia la comunión. Aprendemos así a ir juntos. Espero que sea una fórmula para el futuro”.



[1]Algunos detalles de la relación de Juan Pablo II con los jóvenes, según la base del datos del Vaticano: 43 saludos directos a los jóvenes en Angelus o Regina coeli; 154 discursos; 34 homilías; 3 cartas apostólicas (1985 año internacional de la juventud, 1997 a los jóvenes de Roma; 1996 al seminario sobre las JMJ de Czestochowa); 4 audiencias reservadas (1994, 1997, 2000 e 2001); 59 encuentros a lo largo de sus viajes apostólicos por el mundo; 19 mensajes, 18 de los cuales para las JMJ. Se podrían recordar también algunos hitos que han quedado en la retina  de todo el pueblo de Dios: Aquel Papa anciano que decía: «Hay un proverbio polaco que dice: «Si vives con los jóvenes, también tú deberás ser joven. Así, regreso rejuvenecido» (Vigilia, 19 agosto 2000). O aquellas últimas palabras, pronunciadas con gran dificultad, en lecho de muerte: «Os he buscado. Ahora vosotros habéis venido a verme. Y os doy las gracias» (2 abril 2005). 
[2]«Os confío la cruz de Cristo. Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación» (Roma, 22 abril 1984).
[3]Casi se podría considerar el primer mensaje de la Jornada de la Juventud, que la introduce en línea de continuidad con la Jornada mundial de la Paz. Ya está incoado el sentido de lo que será la Jornada Mundial de la Juventud y el encuentro con el Papa: «La vida, especialmente para los jóvenes, es una peregrinación de descubrimiento: de lo que sois de los valores que forjan vuestras vidas, descubrimientos de pueblos y naciones para estar unidos en la solidaridad».  
[4]Una semana después del encuentro con los jóvenes de 1985,  el Papa anunció inesperadamente la instauración duradera de las Jornadas mundiales de la Juventud. Así dijo en su mensaje pascual del 7 de abril: «El domingo pasado encontré a centenares de miles de jóvenes y la imagen festiva de su entusiasmo ha quedado profundamente grabada en mi alma. Mi deseo de repetir  esta experiencia maravillosa en los años venideros y de crear de esta forma un encuentro internacional de la juventud el Domingo de Ramos corresponde a mi convicción de que la juventud se enfrenta a una misión a la vez difícil y fascinante: la de cambiar los mecanismos fundamentales que fomentan el egoísmo y la opresión en las relaciones entre los Estados y de sentar nuevas estructuras orientadas hacia la verdad, la solidaridad y la paz». En su alocución navideña el 20 de diciembre, el Papa reiteró su deseo de organizar en el futuro una vez al año una Jornada mundial de la juventud: «Este encuentro (del Domingo de Ramos) tiene la bendición especial del Señor de manera que en  los años venideros habrá que celebrar la Jornada Mundial de la Juventud el Domingo de Ramos y esto en cooperación con el Consejo para los Laicos».
[5] En la Carta de presentación de las JMJs del Cardenal Pironio (1985) se hablaba de «que se deja abierta la perspectiva de  poder renovar en el curso de los años la afortunada experiencia de la Asamblea mundial de la Juventud». En otras publicaciones se habla del “encuentro con los jóvenes”. Pero generalmente se ha generalizado hablar de «Jornada mundial de la Juventud» (en singular) para referirse a la que se celebra cada Domingo de Ramos en las diócesis y de  «Jornadas mundiales de la Juventud» (en plural) para los días de encuentro con el Papa.  


0 comentarios:

Publicar un comentario