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miércoles, 30 de mayo de 2012

Formación humana

Verme en el otro... ¿ME INCOMODA?
Roberto Ávila
La existencia de vínculos afectivos más o menos profundos es una condición para la vivencia de la comunidad, especialmente en un ambiente formativo como es el seminario, en el cual se está en permanente interacción con los compañeros. En este sentido podríamos hablar de una coexistencia, es decir, un compartir el momento y espacio rumbo al sacerdocio, sin embargo hay algo que la mera coexistencia no garantiza: el establecimiento y la calidad de los vínculos afectivos..ver


Cuidado con la Soledad
Remedios Falaguera
Nadie duda que la vocación de los sacerdotes es una de las más difíciles de vivir. Muchos de ellos están solos. Y esta soledad, que les puede llevar a la rutina, a la frialdad, al desanimo ante la falta de respuesta de su pastoral, o al abandono de sus sagrados deberes sacerdotales, puede ser la Cruz más difícil de llevar a lo largo de su ministerio..ver


Crisis afectiva: ¿Gracia o debilidad?
 Amadeo Cencini
Crisis, desde un punto de vista etimológico, significa estado decisional, situación de vida abierta a diversas posibilidades. El término no tiene, pues, un significado necesariamente negativo; remite más bien a una posibilidad de crecimiento del sujeto, aunque también a lo contrario; puede ser gracia o debilidad. Tratemos ahora de comprenderlo mejor...ver


Impacto sociocultural: oportunidades y dificultades                                    
Mons. Juan Manuel Uriarte
El impacto sociocultural: la cultura y narcisismo; cultura y erotismo; cultura y pertenencia; cultura y confianza básica, tienen alta repercución en la vida ministerial del sacerdote y anticipadamente del seminarista. En este apartado se ofrece pautas para potenciar las oportunidades y para superar (es decir, asumir, decantar y trascender) las dificultades que nos ofrecen...ver

La fragilidad vocacional
Vicente Zueco
 Se habla mucho de fragilidad psicológica, pero parece más exacto hablar de fragilidad vocacional. La realidad vocacional abarca además la maduración humana y a la vida de fe, a los procesos formativos, a las relaciones sociales y ecesiales, al contexto histórico y cultural. Al prolongarse la adolescencia y la juventud la fragilidad se extiende a la primera asunción de verdaderas responsabilidades...ver

José Maria Recondo
Podemos distinguir en toda formación dos niveles muy distintos (que a veces, ingenuamente, se confunden): una cosa es entender algo como bueno (o necesario) y, otra cosa, empezar a vivirlo. Es un problema cuando alguien cree que ya sabe vivir algo porque ha logrado entenderlo (y como nuestra formación ha sido siempre prevalentemente intelectual, se ha dado pie así muchas veces a este engaño)..ver



Las falsas promesas del amor romántico
Almas.mex
«Yo no soy yo si no te tengo a ti» es una afirmación que equipara mi identidad con lo que poseo, o gano, o por lo que compito, o hago, o consumo, no con lo que soy. La demanda se intensifica si crecimos con el dogma religioso de que cuando Dios nos creó, también creó a otra persona en el mundo sólo para nosotros. Y nuestra tarea en la vida es encontrar a esa persona, ¡mientras que el trabajo de Dios parece ser jugar a las escondidas con esa persona por el mayor tiempo posible!.. ver

Seminaristas, ante una cultura que ve demasiado y mira poco, amenaza al corazón
Luis Alva

Se dice que el hombre actual es un “depredador audiovisual” que se desliza por la superficie. Parece que un buen porcentaje de jóvenes, durante su día se encuentra por largo tiempo frente a una pantalla. Vemos mucho, muchas cosas, muchos países y paisajes, muchas películas y espectáculos…; pero ¿miramos? Agencias de turismo, industria del cine, revistas gráficas, internet… nos mantienen ante diversas pantallas iluminadas en las que muestran la manera más brillante y arrebatadora la vida en movimiento, con imágenes de la máxima belleza.. ver
 



La maquina del tiempo: revisando mi historia
Almas.mex
Un aspecto básico del proceso formativo de todo seminarista es la revisión de la propia historia. Es casi una condición para alcanzar la madurez necesaria para ser sacerdote o, en caso de que no se ordene, ser un hombre mejor. Sin embargo, el viaje al pasado no es fácil y tiene sus riesgos. Revisar la historia personal, conlleva el aceptar entrar en terrenos dolorosos, muchas inexplorados. Aunque difícil, necesitamos hacerlo si, paradójicamente, queremos afrontar nuestro presente y descubrir plenamente su sentido..ver


Algunos recursos online sobre formación humana:

Autor: Gustavo Irrazával


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