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sábado, 14 de julio de 2012

Diez textos indispensables para quienes estudian y procuran la verdad!

Juan Carlos Gaitan
Seminarista Operario Diocesano 
Hermano seminarista:



Eso de los estudios filosóficos es todo un tema. Que si me gusta, que si no. Que si me sirven, que si me aturden, que si no llego a entender de qué se trata. La frase más común es divertida: “Yo dije que quería ser sacerdote, no que quería estudiar Filosofía”.


La verdad es que los estudios de esta primera etapa de formación nos enseñan cómo se fundamentan muchos de los temas acerca de los cuales se discute todos los días en los medios de comunicación, o incluso en las conversaciones entre jóvenes en las que continuamente nos vemos incluidos. Temas de los que todo el mundo opina, pero de los que no se tiene ni mucha ni poca claridad.


Además, es gracias a la práctica de la reflexión filosófica que logramos tener un nuevo y sólido modo de mirar la realidad, así como una forma lógica y estructurada de pensar.



En fin, se me pidió que escribiera una lista de los 10 libros que todo seminarista debe haber leído al terminar la etapa de Filosofía. Escogerlos fue algo difícil, sin embargo, aquí va mi selección que intenta ser, aunque vagamente, equilibrada (no va por orden de importancia):



1. Fides et ratio es un texto fundamental. Tal vez el primero que deba leerse al comenzar la Filosofía. Esta encíclica del papa Juan Pablo II –que puede leerse desde distintos puntos de vista– tiene una especial importancia porque nos muestra claramente la relación entre los estudios filosóficos y la fe que nos ha traído al seminario. La razón no está peleada con la fe, pues ambas hablan de la verdad, por tanto, no cabe pensar en temerle a la razón en nombre de la fe, ni viceversa. Es un texto breve que anima al estudio de la realidad a través de la razón. ¡Definitivamente debe leerse!



2. Los Diálogosde Platón. No se puede decir que se estudió Filosofía si nunca se leyó directamente a Platón. Es un autor citado a través de toda la historia del pensamiento. Su influencia en otros filósofos es más que considerable y continúa hasta nuestros días. Ahora bien, leer todos los Diálogos durante estos tres o cuatro años en el seminario resulta casi imposible, por tanto, habrá que seleccionar algunos. Por ejemplo, es clásico leer de inicio la Apología de Sócrates; otro texto importantísimo es El Fedón, donde se presenta la Teoría de las ideas. El VII libro de La República, donde se encuentra el famoso Mito o alegoría de la caverna. Es también importante prestar atención al método de los Diálogos, a la manera en la que están escritos.



3. Metafísica. Es un libro duro, difícil; sin embargo, es un libro que hay que leer. La propuesta de la Iglesia para las materias sistemáticas (Antropología, Gnoseología, la misma Metafísica, etc.) es, principalmente, una propuesta de carácter metafísico, y este texto de Aristóteles se encuentra a la base. No está mal esforzarse para entender lo fundamental de esta obra tan importante.



4. Las Confesiones. Si tuviera que nombrar sólo a dos autores que han marcado el pensamiento dentro de la Iglesia a lo largo de la historia, mencionaría a Agustín de Hipona y a Tomás de Aquino. Las Confesiones es una obra autobiográfica, dividida en trece libros, en la que encontramos un poco de todo. Ésta tiene valor filosófico, teológico, espiritual, literario, etc. San Agustín ha sido tan influyente en el pensamiento de la Iglesia, sobre todo durante el Medioevo, que como seminaristas no podemos pasar por alto esta obra.



5. Suma Teológica, Del ente y la esencia...: Es fundamental haber leído a Tomás de Aquino. En 1879, el papa León XIII publicó la encíclica Aeternis Patris, en la que por diversas razones se recomienda una atención especialísima a los textos del Doctor Angélico. Es muy posible que no sea tu filósofo favorito, ¡pero no se puede terminar la etapa de Filosofía sin haberlo leído directamente! Cabe decir que aunque el método de sus textos (escolástico, de escuela) es cuidadosamente organizado y claro, el contenido no es del todo fácil; sin embargo es un autor que debe saberse si se quiere tener una compresión sólida de las propuestas filosóficas más importantes que se han elaborado desde la Iglesia Católica. Lo más común es haber revisado fragmentos, pues difícilmente, por cuestión de tiempo, se pueden leer de inicio a fin la Suma Teológica o la Suma contra gentiles. Ahora bien, si nunca has abierto alguno de estos tomos, es hora de ir a la biblioteca. También me parece muy útil, casi indispensable, haber leído el opúsculo Del ente y la esencia.



6. Discurso del método: Hay ciertos filósofos que marcan una época. Descartes es uno de ellos. Ciertos elementos de su pensamiento nos pueden parecer graciosos, incluso tontos (¿qué profesor de Filosofía moderna no ha citado a aquel famoso «geniecillo maligno» con un tono irónico?), pero el Discurso del método es un texto de contenido tan preciso que sigue siendo recomendado por hombres de ciencia de nuestros días. Esta obra fue uno de los impulsos más importantes para las ciencias empíricas que comenzaron a surgir durante el Renacimiento. Es breve y de fácil lectura.



7. Crítica de la razón pura: ¡Immanuel Kant! Seguramente te provocará más de un dolor de cabeza, pero merece la pena dedicarle tiempo de estudio a su pensamiento. El «giro copernicano» que propone esta obra cambió la Historia de la Filosofía. Kant, sin ser idealista al estilo de Hegel, es el comienzo de una comprensión de la «realidad», podría decirse, inversa a la que se tenía antes de él. Además, el método trascendental es tan fecundo que hoy en día es utilizado por cierta corriente de filósofos tomistas. Es una obra extensa, por lo que recomiendo que al menos se lea la “Estética trascendental”, que es la breve primera parte de la misma. Quizá estés pensando también en la Crítica de la razón práctica, que por el perfil que normalmente tenemos los seminaristas, nos puede resultar más interesante, sin embargo, recomiendo ir al inicio del pensamiento crítico de este autor. La CRPr es, a mi modo de ver, consecuencia del planteamiento que comienza en la Estética trascendental.



8. Ser y tiempo: Otro texto para leerse junto a una caja de aspirinas. Los estudiantes de Filosofía hablan de Heidegger. Habrá que leerlo para que ni nos cuenten ni nos quedemos con lo que dice el manual de Historia. Este filósofo retoma conceptos como el ser, la ontología y demás, pero los redimensiona. Los propone con un sentido distinto que marcará el inicio de un nuevo uso de los conceptos metafísicos clásicos, sobre todo por parte de los existencialistas. Es probable que no logremos leerla de la primera a la última página, no obstante, leer la Introducción es más que útil.



9. El Principito / El diario de Anna Frank (Literatura): Si hablamos de los diez libros que no se pueden dejar de leer en la etapa de Filosofía, habrá que mencionar también este otro tipo de obras. Una buena novela se disfruta mucho y enseña mucho más; así que uno de estos diez números viene como representante de la literatura en cuanto arte, en cuanto cultura. Propongo, por un lado, El Principito. Es un libro que se lee de una sentada. Su lenguaje es más que sencillo y los temas tratados son, normalmente, del interés de un seminarista. Por otro lado, El diario de Anna Frank. Tal cual, es un diario. Fue escrito por una adolescente durante la Segunda Guerra Mundial, mientras se escondía junto con su familia del ejército Nazi. Es una obra que nos abre perspectivas y sensibiliza.



10. Vida y misterio de Jesús de Nazaret (Vida de Jesús): No podemos olvidar la lectura espiritual. Además, transmito la recomendación que en su momento yo recibí: leer durante la Filosofía una vida de Jesús. Esto fue para mí uno de esos consejos que valen oro. Por recomendación de mi director espiritual, yo leí Vida y misterio de Jesús de Nazaret, de Martín Descalzo. Es una obra extensa que merece ser leída, además de que no se necesitan conocimientos teológicos previos para poder adentrarse en ella. Tiene, incluso, un toque novelesco. Entre tanta lectura, no debemos olvidar prestar atención a Cristo, quien llena de sentido nuestras vidas.



Pues ahí está, una lista de diez libros indispensables, sin olvidar que hay muchos, muchos más. Cada quien tendrá sus favoritos, pero me parece que los diez anteriores deben ser considerados.



Por último, añadiría también que todo seminarista debe leer una obra de algún filósofo de su país. En cuanto a México, recomiendo El laberinto de la soledad de Octavio Paz, aunque hay muchos otros entre los cuales elegir.



¡Pues a estudiar, que el mundo necesita sacerdotes bien preparados! No descuidemos la dimensión intelectual de nuestra formación.
  Washington, 14 de Julio del 2012.
Juntos en oración,

El seminarista Juan Carlos Gaitán
pertenece a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos.
Realizó sus estudios filosóficos en la Universidad Pontificia de México.



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