A Ti….. gracias.
Gracias por escuchar Su voz. Por dejarte llevar por el llamado de Dios para servirlo a Él y ayudarnos a los demás a seguirlo y servirlo también desde nuestra vocación laica. Gracias por seguir el camino hacia el sacerdocio.
El camino no es fácil.
Tendrás que dejar tu casa, tu familia y tu vida, a las que estás acostumbrado. Pero no entristezcas, porque vas a ir a una casa, una familia y una vida mucho más grande de la que tenías. Una casa y una familia que es la Iglesia en comunidad.
Tendrás momentos en donde estarás muy seguro de esa decisión y de seguir en ese camino con entusiasmo, amor, entrega y alegría.
Pero también habrá momentos en los que se presentarán situaciones y circunstancias que te harán dudar de esa decisión.
Calma, no te desesperes. Recuerda que somos humanos, cometemos errores y no somos perfectos. Perfecto, solo Él, solo Dios. Pero Él nos quiere con esos errores, con esas fallas, para que con ellas aprendamos.
Aprendamos a ser mejores personas, a luchar por encontrar esa perfección. Esa perfección que no es física, sino espiritual. Para encontrarlo a Él. Al Padre.
En esos momentos de desesperación y duda, recuerda el porqué y el por quién empezaste este recorrido: Dios.
Cuídate mucho. Que Dios te bendiga todos los días.
Recuerda… siempre confía en ÉL.
México, julio del 2012.
Una Feligresa..
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