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sábado, 16 de junio de 2012

Crisis de vocaciones, o ¿crisis vocacional?

Autor: Arnold Omar Jiménez Ramírez
Fuente: Lasenda.info

Según el sociólogo Jean Jaques Derriere, vivimos en una época de crisis, propia de los cambios de un siglo a otro, de un milenio a otro, que exigen un «reacomodo» de la humanidad. Derriere, en su estudio La llegada del posmodernismo, señala que la humanidad enfrenta una profunda crisis en varios sentidos: de valores, de identidad y de fe. En este mismo sentido, diversas voces se han levantado preocupadas, para alertar sobre una profunda crisis de vocaciones en el seno de la Iglesia: «Las vocaciones sacerdotales disminuyen en México y en el mundo», así han titulado sus ediciones algunos rotativos durante los últimos meses.
Ante este panorama, cabría hacernos las siguientes preguntas: ¿han disminuido las vocaciones sacerdotales? ¿Hay, en efecto, una crisis de vocaciones? Responderlas nos ayudará para que, después de rogar al Dueño de la mies que envíe operarios a su viña, emprendamos acciones eficaces que reaviven la llama de la vocación.
Ataque a las instituciones

Para Mons. José Luis Sánchez, quien desde hace 35 años ejerce el ministerio sacerdotal, hay más que una crisis de vocaciones, una crisis de fe, «que va en detrimento no sólo de la vida sacerdotal o religiosa, sino de la misma Iglesia en todas sus manifestaciones. Somos testigos de un ataque sistemático a las instituciones; por ejemplo, la institución presidencial en México fue casi destruida en el sexenio pasado, y hoy, hay quienes deliberadamente han apuntado hacia otros objetivos, como la Iglesia y el ejército, a fin de dejarlos en total descrédito. Este fenómeno no es exclusivo de México, sino de esta era posmoderna. En Estados Unidos, la Iglesia ha sido vilipendiada magnificando sus problemas y aquí, en nuestro país, apenas la Iglesia exige sus garantías y de inmediato se levantan voces que, en nombre del Estado laico, pisotean derechos fundamentales, como el de la libertad religiosa».

Crisis vocacional

Ante este panorama desolador, Mons. Sánchez añade que la vida sacerdotal y mucho de lo que hace la Iglesia, deja de ser atractivo para los jóvenes, Sin embargo, el «Señor Jesús sigue llamando hoy a un gran número de personas al Sacerdocio y a la Vida Consagrada; por lo tanto, afirmo, sin temor a equivocarme, que no hay una crisis de vocaciones, sino más bien una crisis vocacional. Ahí están las estadísticas de los anuarios vaticanos, donde se dice que las vocaciones se incrementan en algunas regiones de América Latina, en toda África e, incluso, en Europa. Sí, el Señor sigue llamando, pero no todos le responden y no todos los que le responden lo hacen con el ardor y el amor requeridos».
Para ser más específicos, el obispo asegura que hoy muchos jóvenes no saben a qué dedicar su vida, y «no pocas veces, su parámetro es el dinero: “elijo tal profesión porque voy a ganar mucho dinero”, y terminan frustrándose porque no se sienten realizados. Entonces, estamos ante una crisis no de vocaciones, ojo, sino vocacional, en la que cientos de jóvenes no le encuentran el sentido a su existencia».
Los números hablan (actualizado)

Recurramos ahora a los datos duros sobre el número de católicos, seminaristas y sacerdotes en el mundo. Según el Anuario Pontificio 2012. Las estadísticas, que se refieren al año 2010, muestran las dinámicas de la Iglesia Católica en las 2.966 circunscripciones eclesiales del planeta. Por lo que respecta al número de católicos en el mundo, en 2010 son 1.196 millones, frente a los 1.181 de 2009, con un aumento de 15 millones de fieles, es decir, un 1,3%. En el transcurso de los dos últimos años la presencia de católicos bautizados en el mundo permanece estable, alrededor del 17,5%.

Las cuotas territoriales de católicos han acusado, entre 2009 y 2010, variaciones considerables. Han disminuido de importancia en América Meridional (del 28,54 al 28,34%) y sobre todo en Europa ( del 24,05 al 23,83%). Viceversa han aumentado en África (de 15,15 a 15,55%) y en el Sudeste asiático ( del 10,47 al 10, 87%). De 2009 a 2010 los obispos pasaron de 5.065 a 5.104, con un aumento relativo del 0,77% El incremento se ha registrado en África (16 nuevos obispos), América (15) y Asia (12), mientras se ha manifestado una leve flexión en Europa (de 1.607 a 1.606) y en Oceanía (de 132 a 129).
Prosigue la tendencia al crecimiento del número de sacerdotes comenzada en el año 2000. En 2010 se cuentan 412.236 presbíteros, de los cuales 277.009 son miembros del clero diocesano y 135.227 del clero religioso. En 2009 eran, en cambio, 410.593 ( 275.542 diocesanos y 135.051 religiosos). El aumento se registra en Asia (1695), África (765), Oceanía (52) y América (42), mientras la disminución atañe a Europa (905 sacerdotes menos). Los diáconos permanentes aumentan del 3.7% pasando de 38.155 en 2009 a 39.564 en 2010. Están presentes sobre todo en América del Norte y en Europa con una cuota relativa al total mundial respectivamente del 64,3% y del 33,2%.. Parece disminuir la tendencia a la flexión de los religiosos profesos no sacerdotes. Si en 2009 eran 54.229 en 2010 han pasado a ser 54.665. Disminuyen en América del Sur (-3,5%) y América del Norte(-0,9%), mientras son estacionarios en Europa y aumentan en Asia(4,1% más) y África (3,1%).
Una dinámica en fuerte decremento atraviesa el mundo de las religiosas profesas que pasan de 729.371 en 2009 a 721.935 en 2010. Hay menos religiosas en Europa (-2,9%), Oceanía (-2,6%) y América (-1,6%). Sin embargo, su aumento es significativo en África y Asia (alrededor del 2%) en ambos continentes.el número de los estudiantes de filosofía y teología en los seminarios diocesanos o religiosos registra un aumento constante en los últimos cinco años. En conjunto ha crecido un 4% pasando de 114.439 de 2005 a 111.990 en 2010. También hay que registrar que los seminaristas mayores disminuyen en Europa (-10.4%) y en América (-1.1%) mientras aumentan en África (14,2%), en Asia (13%) y en Oceanía (12,3%). En 2011 el Papa erigió 8 nuevas sedes episcopales, 1 ordinariato personal y 1 ordinariato militar. Así mismo se elevaron 1 archidiócesis y 8 diócesis a sedes metropolitanas; 1 prelatura, 1 vicariato apostólico y 1 prefectura apostólica a diócesis y 1 misión 'sui iuris' a prefectura apostólica.

La respuesta a un llamado

Para el Padre Daniel Ortega, promotor vocacional, hay que ir más allá de los números y las dificultades que los tiempos y sistemas van presentando: «El mandato de evangelizar y bautizar a todas las criaturas, es tan urgente y actual como hace más de dos mil años», asegura el sacerdote, y para ello «se necesitan sacerdotes, religiosos y religiosas que sean capaces de renunciar a sus intereses, porque hoy hemos de aspirar a contar con santos sacerdotes». Haciendo eco de las palabras del Papa Juan Pablo II, este sacerdote dice que en la base del compromiso de la Iglesia por las vocaciones debe haber un gran esfuerzo común, que llame a una misma causa a los laicos, sacerdotes y religiosos, y que consiste en volver a descubrir aquella dimensión fundamental de nuestra fe por la que la vida misma, toda vida humana, es fruto del llamado de Dios, y puede realizarse positivamente sólo como respuesta a esta interpelación.
Cuatro elementos

El Padre Daniel Ortega, promotor vocacional por más de quince años, dice que los cristianos nos hemos acostumbrado a «responsabilizar» a situaciones externas de muchos problemas que tenemos en nuestras comunidades, “tirándole la bolita” a los medios de comunicación, a la influencia del ateísmo, entre otras cosas; pero pocas veces empleamos esa energía en ver hacia adentro: «En la promoción vocacional, si bien debes contemplar lo que pasa en el mundo, la energía hay que enfocarla en lo que se debe hacer para fomentar las vocaciones:

1. El testimonio de los sacerdotes. En cada colonia, en cada pueblo, el testimonio positivo de un sacerdote es fundamental para la promoción vocacional. Casi todo los sacerdotes, me atrevo a decirlo, han ingresado al Seminario por el ejemplo de su párroco o vicario. Decía el Santo Cura de Ars, que si se quiere saber si alguien es un buen pastor, se debe contar el número de vocaciones que ha logrado. En México, los lugares donde las vocaciones han florecido son aquellos donde los mártires dieron testimonio de su fe.

2. La oración. Un pueblo que ora es un pueblo con vocaciones. Es una responsabilidad de los sacerdotes promover las horas santas vocacionales, los rosarios y Misas por las vocaciones, y fomentar que después de cada Eucaristía se pida por el aumento de las vocaciones.

3. Promoción vocacional.
Éste es un rubro en el que nos hemos quedado rezagados. El mundo actual camina al paso de la tecnología, y los cristianos no la hemos sabido utilizar. Es urgente valernos de los medios modernos para la promoción, para saber llegar a los jóvenes a través de la radio, la televisión, el cine, la Internet, y hacer una presentación con los recursos propios de la computación, etcétera.


4. Dios es el que llama. Este elemento es el más importante. Bien podemos hacer miles de cosas, pero hay que estar conscientes de que Dios es el que llama. La promoción vocacional no es una competencia por tener muchos seminaristas o religiosas, sino una ayuda que se presta a los jóvenes para que, en el silencio, escuchen la voz de Dios y dejen actuar al Espíritu».


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