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viernes, 8 de junio de 2012

Conclusión y fuentes


Conclusión

De esta reflexión se podrían deducir algunas conclusiones para la tarea formativa a realizar tanto por los formadores del seminario, como por los sacerdotes a los que se encomiendan seminaristas para realizar sus tareas pastorales. Las podríamos sintetizar de esta forma:

– Tanto  los  sacerdotes  como  los  formadores  deberíamos  tomar conciencia de la importancia que las experiencias pastorales tienen en el proceso  formativo de  los seminaristas. No va a ayudar, van a  formarse.

– Tanto los sacerdotes como los formadores deberían ponerse de acuerdo sobre  los objetivos a proponerse con  los seminaristas en  los dos planos: el de la eficiencia (aprendizaje pastoral) como el de la eficacia (formación del corazón pastoral).

– Buscar los medios apropiados (funciones) para lograr esos objetivos.

– Realizar la revisión a la que hemos aludido a diversos niveles:

  Con el director espiritual en función del proyecto personal espiritual del seminarista.

• Con el formador sobre las repercusiones que el trabajo pastoral está  teniendo en  la formación personal de acuerdo al proyecto personal formativo.

• Con los sacerdotes sobre los avances en la capacitación pastoral y sobre la integración en la comunidad.

– Hacer evaluaciones trimestrales con los seminaristas para afinar el logro de los objetivos propuestos.

FUENTES

Rulla, L.M. Antropología de  la vocación cristiana. Bases  interdisciplinares.

Rulla,  L.M.  -  Imoda,  F.  -  Ridik,  J.,  Estructura  psicológica  y Vocación.

Cencini, A.,  L’apostolato  come  formaciones  di  sé. Testismoni, n.15, 1988.

Manenti, A., Vocación, Psicología y Gracia. San Pablo.

Manenti, A., Vivir los ideales, entre el miedo y el deseo.

Imoda, F., Olhou para ele com amor. Paulinas 2002.


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