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lunes, 15 de octubre de 2012

Seminarista, Gracias por jugarte en esta manera de honrar la vida!

Buenos Aires, 14 Octubre de 2012




Queridos seminaristas… Nuestro “Amigo” no me regaló el talento de la escritura, pero si Ustedes dijeron SI con sus vidas, como no voy a decir yo un sí, e intentar contarles lo que siento. Descubrir la vocación es una tarea intensa y aunque sea la misma para todos, la manera de concretarla, de actuarla, de vivirla no es igual y en eso se nos van las penas y las glorias en este camino de estar vivos y vivir… Cuando uno tiene la intención de “honrar la vida”, ese preciado regalo de Dios, este es el trabajo más profundo en el que nos comprometemos. 
A lo largo de la mía, con la que ya cubro cinco décadas y voy por la sexta, mucho reflexioné sobre la “felicidad”. Descubrí que no sólo es un derecho, sino que es una obligación el ser felices, es un regalo de Dios. No es un lugar donde llegar, o un objeto o meta a alcanzar, sino una “forma” de estar en el mundo y de ver todo lo que nos rodea. Colmarnos de SU Amor. Creo que descubriendo la manera de vivir nuestra vocación, y llevándola adelante con sus altibajos… honramos la vida y con toda seguridad somos felices y hacemos felices a los que nos rodean. No estamos destinados a salvarnos solos.

Como humanos, y con el trabajo que nos cuesta tomar decisiones, pretenderíamos que las decisiones tomadas fueran “una y para siempre”, pero la vida no es así. Por tanto, cuando alguna duda nos asalta, solemos cuestionarnos hasta el dedo gordo del pie derecho. Pero como dice una amiga mía, mejor “haz la plancha” y deja que la marea se calme.

A lo largo de todas esas décadas vividas, pude reflexionar que cuando una crisis es vivida sin temores, uno siempre sale fortalecido. Pasar el trance no es fácil, pero siempre termina fortaleciéndonos.  

Por tanto, gracias por haber discernido tu vocación y ser libre diciendo SI. Gracias por jugarte en esta manera de honrar la vida. Gracias por buscar tu felicidad, porque harás feliz a los que te rodeen. Y enfrenta las posibles crisis sin temor, confiando en el Espíritu, porque te fortalecerán y cumplirás con tu misión que el mundo necesita. 

Recibe mis humildes Bendiciones, voy a seguir rezando para muchos otros SI y por el tuyo, segura de que Dios te acompañará siempre y que te llevará entre sus manos cuando lo necesites.

Acuérdate de contagiar y Gracias por decir SI...

 Ana Masanti
Una vieja amiga de los Sacerdotes Operarios Diocesanos…


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