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sábado, 20 de octubre de 2012

El testimonio misionero es plenamente vigente!!!

Rafael Escudero López-Brea
Obispo Prelado de la Prelatura de Moyobamba
 
 

Rafael Escudero López-Brea nació el 4 de abril de 1962, en Quintanar de la Orden. Su formación sacerdotal la comenzó en el Seminario Mayor de Toledo y posteriormente en el Instituto Teológico de San Ildefonso. Fue ordenado sacerdote el 9 de julio de 1989 y ha ejercido el ministerio sacerdotal en Sonseca, Bartolomé de las Abiertas y Campillo de la Jara; Cebolla y Talavera de la Reina, además de Viceconsiliario y, posteriormente, Consiliario de los «Cursillos de Cristiandad» de Toledo.
 
En el año 2004 llega a Perú con en el primer grupo de sacerdotes diocesanos de Toledo que atienden la Prelatura de Moyobamba, encomendada por la Santa Sede a la Archidiócesis de Toledo. Después de ser Vicario General y Párroco de la Catedral de la Prelatura, fue nombrado Obispo Coadjutor de Moyobamba en julio de 2006 por el Papa Benedicto XVI y recibió la ordenación episcopal en Moyobamba de manos del entonces cardenal Arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares. Desde de julio de 2007 es el Obispo Prelado de la Prelatura de Moyobamba.
 
-¿Desde su ministerio cómo se percibe la actual crisis económica, social y moral que acecha a la vieja Europa, en especial a España?
 
-Gracias a los medios de comunicación llegan las noticias también a la selva, sobre todo a las ciudades. Claro que se tiene noticia de la crisis por la que está atravesando Europa y EE.UU y a veces nos preguntan qué está pasando en España. Pero nos preguntan más por la crisis moral, allí también llegan los canales de televisión, y muchos ven las noticias, las series, las películas. La crisis económica que atraviesa Europa, de alguna manera también la están viviendo ellos, puesto que afecta a algunos de sus familiares que estaban viviendo en España y han tenido que regresar a su país de origen, el Perú. Otros tienen familiares que siguen trabajando en España, antes les enviaban dinero, como ayuda, pero en algunos casos ese dinero ya no llega, porque ellos lo necesitan.
 
-¿Qué vigencia tiene hoy la nueva evangelización en estos países?
 
-Más que hablar de nueva evangelización, en muchos de estos lugares hay que hablar de primera evangelización. A partir de la independencia del Perú en 1821, muchos misioneros y extranjeros tuvieron que salir de esas tierras y todas las misiones quedaron paralizadas. Ya en siglo XX se fueron retomando los contactos con España y con otros países que empezaron a enviar misiones. Por eso en algunos lugares es de primera evangelización, y en las ciudades o los pueblos más grandes, ahí si podemos hablar de nueva evangelización, aunque en muchos casos la primera evangelización ha sido muy pobre. Pero ellos tienen un sentido de Dios muy grande, a pesar de su poca formación cristiana. Y eso les da pie a mezclar la doctrina cristiana con mitos de la selva, por ejemplo en cuestiones de brujería y chamanismo. Para nosotros la nueva evangelización supone un reto enorme para ir formando a todas las generaciones, no sólo a los niños y jóvenes, sino también a los adultos.
 
-¿Y la nueva evangelización en países como España?
 
-En Europa la nueva evangelización se plantea como una vuelta a la esencia del evangelio, puesto que en muchas personas ha habido un olvido de Dios. La vivencia del cristianismo para muchos ha quedado en algo puramente cultural ó social, pero se ha perdido el encuentro con Cristo, la entrega de la vida al Señor, el que Jesucristo no sea el centro de su vida. Aquí no existe un problema de formación, porque la totalidad de niños reciben esa formación en las catequesis, en la parroquia o cuando están en clase de religión. Sin embargo, falta esa respuesta personal a Dios.
 
-Monseñor, hablemos de los proyectos misioneros que se están desarrollando o se han podido desarrollar gracias al trabajo de organizaciones como Manos Unidas o Caritas.
 
-Manos Unidas nos ha estado ayudando estos últimos ocho años, por ejemplo a obtener un ecógrafo para asistencia sanitaria a los más pobres y que está haciendo muchísimo bien. Toda esa gente de la parroquia de Santiago de Moyobamba no puede acceder a la sanidad pública como aquí, allí todo se paga. Una ecografía, que es algo tan común para nosotros, para algunos allí es algo inalcanzable. Después nos ha ayudado en dos proyectos de potabilización de aguas para varios caseríos en la zona rural, en los nuevos pueblos que los emigrantes van construyendo. También Caritas nos ha ayudado, lo último ha sido en gestionar un proyecto de la comunidad de Castilla-La Mancha en materia de micocréditos para mujeres. Se trata de pequeños créditos para que ellas puedan tener acceso y poner negocios para salir adelante, que ha sido todo un éxito. También recuerdo una Granja Escuela en la que colaboró Caritas de Toledo, que es además propiedad de la prelatura, donde niños y niñas, también jóvenes, se están formando en todo lo que son cuestiones agrícolas y ganaderas. Las dos instituciones han hecho un trabajo muy bonito y les estamos muy agradecidos.
 
-¿Ese puente misionero es primordial, a pesar de las necesidades que tenemos hoy en España?
 
-Esa relación misionera entre la diócesis de Toledo y la prelatura de Moyobamba está haciendo un gran bien, porque además de los proyectos que se pueden hacer están también las personas, el envío de sacerdotes, la llegada de misioneros también laicos durante temporadas. Los seminaristas van todos los años un mes por allí. Todo eso es algo muy valioso y muy importante, porque va creando conciencia de Iglesia, y de algo tan evangélico como es la ayuda de unos a otros. También somos conscientes de que ahora aquí hay muchas necesidades y que caritas está haciendo una gran labor con todas las necesidades que ha provocado la crisis. También lo estamos notando nosotros con respecto a la recepción de esas ayudas, no sólo de Caritas o Manos Unidas, sino con respecto a otras instituciones, que vemos siguen ayudando, aunque notamos que un poco menos por la crisis existente.
 
-¿Cuál es el peso de la Iglesia Latinoamericana en la Iglesia universal?
 
-La iglesia en latinoamericana acoge a casi la mitad de los católicos del mundo. Con ese dato ya se supone un peso grande, pero es una iglesia joven todavía. No tiene la solera que pueda tener la iglesia en Europa, que tienen esa solera de siglos. En América se nota, como decimos entre los misioneros, 500 años más de evangelización. Sin embargo la iglesia en latinoamericana es una iglesia muy viva, muy participativa, en la que los laicos están muy implicados y eso es un gran consuelo. Ellos tienen más claro que nosotros que ser cristiano supone un compromiso concreto en la iglesia, en su parroquia, en su movimiento eclesial, en su comunidad. Y esa es una gran diferencia. En cuanto a la estructura de servicio y de gobierno en la iglesia universal, todavía está en déficit por decirlo de alguna manera. Un detalle es que hay pocos cardenales latinoamericanos. En Perú no es lo mismo hablar de la iglesia que está en la costa, que la iglesia en la selva, que es más niña, muy joven, porque lleva muchos menos años de evangelización. Ahora, la iglesia en latinoamericana tiene un gran reto, que es el tema de las sectas de origen protestante, que están adquiriendo bastante fuerza allí en muchos lugares. Es todo un reto para los católicos.
 
-Por último, ¿cuál es la vigencia hoy del testimonio misionero?
 
-Es tremendamente actual, tanto en España, en Europa, como en América, pues el testimonio misionero es necesario siempre, y actualmente es muy necesario, puesto que del testimonio viene lo que es la evangelización. El Santo padre, no sólo el actual, sino ya Juan Pablo II, nos llamaba a una nueva evangelización, a un nuevo ardor misionero, a un nuevo fervor. A tener esa imaginación también en los métodos de evangelización. Si no hay testimonio no hay evangelización. El testimonio misionero es plenamente vigente y tan necesario como verdadero y auténtico, pero no solamente de los religiosos que estamos en tierra de misión, sino de todos los sacerdotes y religiosas de la Iglesia universal. También de los laicos, cuyo testimonio misionero es muy importante y necesario en la Iglesia.
 
Testimonio tomado de: abc.es


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