Seminaristas ¡Son sembradores, bendita misión !

México, 08 de agosto del 2012

Primero que nada: gracias. ¡Gracias por haber respondido al llamado con un generoso "sí"!  Sabemos que la mies es mucha y los operarios pocos, y su respuesta afirmativa nos da esperanza de que aún en esta época de inmediatez y de exacerbado consumismo hay quienes son capaces de dejarlo todo y generosamente responder "sí".

Pero, por favor no se tomen tan en serio aquello de que recibirán el ciento por uno en esta vida y en la otra. Sé de muchos que en esa promesa se quedan, sus cabezas se llenan de humo y en verdad creen que todo lo merecen y les ciega la soberbia.  ¡En ocasiones esta promesa nubla el entendimiento!

Doy por sentado que están aquí porque así lo decidieron libremente.  De no ser así, será mejor dar la vuelta y tomar un nuevo camino.  El único camino para una vida plena y congruente es dedicarse a lo que a uno le gusta y encima ser tan afortunado que se pueda vivir de ello.

¡Saltemos de agradecimiento! Den y junto a ustedes, todos demos gracias. Conscientes de que todo, todo es gratuidad, regalo del Buen Dios, la vida misma lo es.

Vivan la "alegría exultante del amor de Dios" de tal manera que al verlos tan felices nos contagien y nos ayuden a descubrir el inmenso amor de Dios en nuestras vidas, en medio de problemas y sinsabores! Que esa vivencia se refleje en sus miradas y en sus acciones y ya no sean ustedes, "sino Dios quien actúa en ustedes".

¡Son sembradores, bendita misión! ¡No siempre al que siembra lo toca cosechar! Siembren con alegría y permitan que coseche aquél a quien le corresponde hacerlo.

Queremos, necesitamos sacerdotes que amen a Dios en cada una de las personas que cruzan sus caminos. Que sepan escuchar y estén dispuestos a tender su mano, su tiempo, su presencia de las que tan necesitados estamos.

Mucho han de saber, la razón de tanto estudio, pero más han de amar. ¡Grandes cerebros junto a corazones aún más grandes! Y ante todo el combustible que nos ayuda a caminar, lo que la gasolina es para el auto, así la oración para ustedes y al verlos sabremos que nosotros también requerimos el mismo combustible.

Dios los bendiga y les de fuerza para saber darle a cada día su propio afán.  Y al final del día sabrán y sabremos que cuando más solos nos sentíamos, cuando más nos costó caminar y seguir lo hicimos porque El nos llevaba en Sus brazos.

Dios les bendiga! Eliza PL