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miércoles, 17 de julio de 2013

¿Un seminarista se puede enamorar?


Publicado por Almas.mex

El amor es un una de las cosas principales para los seres humanos en general, ya que somos seres sociales y una de nuestros objetivos en la vida es encontrar el amor en las diferentes situaciones en las que nos hallamos a lo largo de nuestra vida, el cual se han presentado en las relaciones que hemos tenido, el amor a nuestros padres, hermanos, amigos y que con ellas buscamos ser aceptados y apreciados por los otros.



El amor que establecemos con los demás tiene procesos que inician con los momentos de acercamiento, que se convierte en el establecimiento de vínculos y apegos que se van desarrollando desde el nacimiento en la relación madre-hijo, así como a lo largo de la vida están presentes en las diferentes relaciones que establecemos.

Existen varios sentimientos uno de ellos el enamoramiento, este sentimiento no tiene moralidad, es decir no es bueno o malo,  lo que si tiene es lo que se haga con el, es decir, si lo alimentas y lo consientes, entonces esto ya entraría en el campo de la moralidad según la intención y la finalidad que tienen tus acciones al respecto.

Estar enamorado es estar en contacto con alguien que te atrae, que te gusta, esto puede sucederle a cualquier persona ya que nuestra sexualidad está presente en todas las cosas que hacemos, por un lado es inevitable que la atracción que sentimos hacia otra persona se presente, lo importante es que seamos concientes y no reprimir ese sentimiento, es decir podemos enamorarnos de alguien y tener una sensación de bienestar pero eso no significa que lo que sentimos sea lo que deseamos tener o vivir.

El enamoramiento es el paso anterior al amor, ya que es aun ilusorio, en el que nuestra percepción del otro es aun fantasiosa donde creemos que no le hace falta nada, suele tener un ascenso súbito,  las hormonas dificultan ver la realidad cuando se produce en el cerebro la feniletilamina, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas que al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer  no dejando muchas veces ver la personalidad de quien se está enamorado, haciendo una idealización que corresponde mas a lo que nosotros queremos ver que a la realidad de lo que es.

En este estado cualquier persona puede llegar a estar, pero lo interesante es saber que hacer con esos sentimientos que aparecen, ahí es donde nuestras habilidades superiores hacen su aparición, la capacidad de decidir con quien queremos estar y considerar que la opción que hagamos es la mejor para nuestra vida.

Es normal que las personas se enamoren, ya que están constituidos con una sexualidad integral que abarca desde lo fisiológico, psicológico, espiritual, social y cultural. Por lo que independientemente de la vocación que tengamos, la atracción hacia el sexo opuesto estará presente, ahora bien, si hemos elegido un estado de vida por amor, va más allá de la atracción y de la sensación momentánea, es decir, podemos sentir enamoramiento pero cuando hemos elegido estar con alguien por amor, eso significa que a pesar de ver que hay más opciones, sabemos que ya hemos elegido la mejor de acuerdo a nuestros intereses.

El amor a diferencia del enamoramiento, nace con un grado, con tendencia a crecer, a permanecer, a ahondar en la verdad, el amor puede estar presente en el enamoramiento pero este último puede desaparecer pero el amor siempre está en constante crecimiento. Ortega y Gasset menciona que “Todo amor transita por la zona frenética del enamoramiento; pero, en cambio, existe enamoramiento al cual no sigue auténtico amor” No confundamos, pues la parte con el todo.

El amor verdadero va mas allá del enamoramiento, consiste en una decisión que incluye la entrega, es un enriquecimiento recíproco, donde cada miembro de la pareja se abre al otro, donde hay un acto de voluntad aceptando al otro como es, busca siempre el bien del otro. Este amor implican un compromiso asumiendo todas las circunstancias que se presentan tanto de bienestar como aquellos que implican esfuerzo y dificultades.

Para caminar a la madurez afectiva, es necesario aprender a percibir, recibir y agradecer el amor de los demás, a expresar nuestro amor hacia los demás en el estado de vida que tenemos, solo cuando amamos verdaderamente es cuando tenemos la capacidad de expresar nuestros sentimientos y dejar que otros se expresen hacia nosotros sin confundirlo con otro tipo de expresiones.
Para poder vivir con plenitud la vocación que tenemos es necesario que podamos vivir nuestra sexualidad que implica en primer lugar, el aceptar tu ser como mujer u hombre y vivir esto dentro de tu estado de vida, reconociendo que tenemos emociones y sentimientos manifestándose a través de nuestra manera de ser, actuar, de comunicarnos, de encontrarnos con nosotros mismos y con Dios.
En conclusión, podemos enamorarnos a lo largo de nuestra vida pero amar va mas allá de una atracción, implica un compromiso y una entrega que habrá que cuidar para preservarla y hacer que crezca cada vez mas.

Ortega y Gasset.(2005). Estudios sobre el amor. España: EDAF


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