Por Luis Alva
Hoy he sido testigo del Oro que tiene la Iglesia, de esa riqueza que existe en la Iglesia. Toda esa riqueza y oro se ha concentrado hoy en el Vaticano para decirle al mundo que todavía existen hombres y mujeres con capacidad y valentía de dejarlo todo por el servicio, por la entrega generosa a la Iglesia. Riqueza de la cual tenemos que cuidar y valorar porque de ella depende el futuro de la Iglesia. Pero no se trata de un oro con valor material, sino un oro, una riqueza con valor espiritual, con valor a santidad.
Junto a miles de seminaristas, centenares de religiosos y religiosas (novicias, aspirantes, madres, etc.), sacerdotes, obispos y cardenales hemos participado del Encuentro de Seminaristas, novicios y novicias, y todos los que están en camino vocacional, con el Santo Padre Francisco. No se trata de cualquier encuentro, se trata de un Encuentro especial para la Iglesia, se trata de un Encuentro lleno de esperanza, un Encuentro de gracia para la Iglesia, porque se trata del futuro de la Iglesia.
EL ENCUENTRO CON EL SANTO PADRE FRANCISCO EN EL AULA MAGNA PAULO VI
El Papa nos ha invitado ser perseverantes en una cultura que lo provisorio es el factor dominante; que el sacerdocio o la vida religiosa no es un servicio o una entrega por un tiempo determinado, es para toda la vida; y que ciertamente, hoy una elección definitiva es más difícil que antiguamente (que en sus tiempos). Que no tengamos miedo de ser testigo de la alegría de Cristo. Nos ha contado que cuando ve a un seminaristas o a una religiosa con el rostro entristecido, se dice así mismo que "aquí algo no anda bien". Nos ha motivado a que seamos cristianos alegres, y que seamos motivo de alegría para los tristes. Que tomemos en serio la opción por la pobreza, y que se siente mal cuando ve a un padre o a una madre con un coche lujoso, es cierto que el coche es necesario, entonces que sea un coche humilde, o que se utilice la bicicleta, y que si nos gusta un coche bonito, es cuando tenemos que pensar en los que mueren de hambre. Que amemos el celibato, que seamos fecundo y que lo vivamos con alegría amando como madre y padre en nuestras comunidades. Que seamos coherente con nuestra opción de vida que libremente hemos elegido. Que seamos auténticos, que dejemos atrás la hipocresía y la mentira. A que dejemos de hablar mal de los otros, de nuestro hermanos de comunidad, a que seamos valientes y sepamos aplicar el Evangelio es corregir al hermano personalmente, el Papa reconoció que también cayo algunas veces en este y que se siente avergonzado, que una comunidad donde sucede esto se convierte en un infierno. Nos ha invitado a que seamos transparentes con nuestro confesor, que no tengamos miedo en decirle "padre he pecado", porque el confesor es el propio Jesucristo, que quiere que le digas lo que Él ya lo sabe. Que no se llega a la santidad triste, la santidad es sinónimo de alegría, que un sato triste es un triste santo. Que no tengamos miedo ir contracorriente. Que recemos el rosario, que amemos a la Virgen y que recemos por Él que lo necesita.Que no seamos solterones y solteronas, sino fecundos espiritual y pastoralmente.
REZO DEL ROSARIO EN LOS JARDINES DEL VATICANO
Después del Encuentro con el Papa, nos hemos dirigido a los jardines del Vaticano para rezar juntos a nuestra madre María Santísima el santo rosario. Ha sido una experiencia de Dios. Ver a tantos jóvenes con el rostro lleno de felicidad, a tantas jóvenes cantar y testimoniar con sus vidas, es una gracia de Dios! Bendito sea Dios por este maravilloso regalo que Dios ha concedido a su Iglesia.
FINALMENTE HEMOS RECIBIDO LA BENDICIÓN POR PARTE DE LOS CARDENALES Y OBISPOS EN LA PLAZA SAN PEDRO
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