México, 26 de abril de 2013
“Yo el Señor, te he llamado… para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas”. Is. 42
Querido y admirado seminarista, tu eres ya, esa imagen viva de Jesús, desde el momento tan especial en donde escuchaste su llamado, y día a día, luchas contra todo por parecerte más a El, buscando ese sueño de abrir los ojos de los ciegos y liberar a los cautivos, sin darte cuenta que la gente te ve, en tu esfuerzo diario, y en tu actuar liberas a todos aquellos que viven en las tinieblas y nos muestras a Jesús entregado, incondicional, amoroso y siempre al servicio de los demás.
El Señor conoce lo que elige, y tu has elegido por El, lo has dejado todo por El, y lo has encontrado a El, máximo tesoro que el hombre puede tener en su vida, tu has decidido perder tu vida por El, por eso te eligió, y en El has encontrado ya una nueva vida.
Por eso mi más grande agradecimiento y respeto al que ha decidido darle el “SI” incondicional a Nuestro Señor Jesús, para el servicio de su pueblo que necesita ser liberado, por ti Seminarista.
Que Dios te guarde en su corazón y así en Jesús te proclame sacerdote, y que la virgen te envuelva en su manto y te lleve seguro cómo discípulo de Jesús.
Los admiro y rezo por ustedes!
Martha Santillan
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