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lunes, 14 de enero de 2013

¿Ya leíste las Orientaciones pastorales para la promoción de las vocaciones al ministerio sacerdotal? Aquí 25 frases que resumen el documento!

Por Jeús Alejandro Mendivil
Seminarista de la Diócesis de Obregón -México

I. LA PASTORAL DE LA VOCACIÓN AL MINISTERIO SACERDOTAL EN EL MUNDO
    1.  La situación actual de las vocaciones presbiterales es muy variada en el mundo. Se presenta caracterizada con luces y sombras.
     2. La disminución de la natalidad contribuye a la reducción de las vocaciones de consagración especial. La vida de los fieles católicos sufre el efecto de la búsqueda desenfrenada de los bienes materiales y de la disminución de la práctica religiosa, que alejan de las opciones valientes y comprometedoras del Evangelio.
3.      Allí donde madura y crece una pastoral integrada se asiste a un florecimiento de vocaciones sacerdotales. La dimensión vocacional no se propone, por tanto, como un simple añadido de programas y propuestas, sino que se vuelve expresión natural de la comunidad entera.
4.      La familia sigue siendo la primera comunidad para la transmisión de la fe cristiana.
5.      A menudo, la llamada vocacional al presbiterado nace en los adolescentes y en los jóvenes gracias al testimonio gozoso de los presbíteros; también después de haber vivido una experiencia de voluntariado o en la escuela en el contacto con un maestro o sacerdote.
6.      La difusión de la mentalidad secularizada desalienta la respuesta de los jóvenes a la invitación de seguir al Señor Jesús con más radicalidad y generosidad.
7.      La misma vida presbiteral, arrastrada por el torbellino del activismo exagerado, con la consiguiente sobrecarga de trabajo pastoral, puede ofuscar y debilitar la luminosidad del testimonio sacerdotal.
II.  VOCACIÓN E IDENTIDAD DEL SACERDOCIO MINISTERIAL
1.      El sacerdocio ministerial se diferencia esencialmente del sacerdocio común y está al servicio de éste.
2.      Por cuanto es necesario que la Iglesia sea convocada por Cristo Resucitado, los sacerdotes están habilitados, por el Sacramento del Orden, a ser instrumentos eficaces para la edificación de la Iglesia, a través del anuncio de la Palabra, la celebración de los sacramentos y la guía del pueblo de Dios. El sacerdocio ministerial es el punto neurálgico y vital para la existencia de la Iglesia.
3.      El ministerio presbiteral, conferido con el Sacramento del Orden, está sellado en su naturaleza por la vida trinitaria, vida comunicada por Cristo y por su unión con el Padre en el Espíritu Santo. Esto caracteriza esencialmente la identidad presbiteral.
4.      La integración y la maduración afectiva son una meta necesaria para saber acoger la gracia del Sacramento. Es importante que el llamado perciba con claridad los compromisos que tendrá que asumir, en particular en el celibato.
5.      Las figuras de sacerdotes venerados como santos contribuyen, en manera nada despreciable, a dar aliento y generosidad a los «llamados».
6.      El crecimiento y la maduración de una vocación presbiteral requiere un amor concreto por la propia Iglesia particular.
7.      La disponibilidad para la misión define la verdad del presbítero en toda su actividad. Esto significa plasmar una estructura interior y un modo de ser, más que un modo de hacer.
III.  PROPUESTAS PARA LA PASTORAL DE LAS VOCACIONES SACERDOTALES
1.      Emplear el poderoso instrumento que ha puesto en nuestras manos: la oración.
2.      A nivel diocesano, el Obispo instituye el Centro para las vocaciones, compuesto por sacerdotes, consagrados y laicos, como organismo de comunión al servicio de la pastoral vocacional en la Iglesia local con la tarea de promover las vocaciones de consagración especial en el contexto de todas las vocaciones.
3.      Es necesario hacer que los padres sean más conscientes de su ministerio de educadores de la fe, enraizado en el Sacramento del Matrimonio, para que en el corazón de la familia se desarrollen las condiciones humanas y sobrenaturales que hagan posible el descubrimiento de la vocación sacerdotal.
4.      La parroquia, por su parte, es el lugar por excelencia donde se proclama el Evangelio de la vocación cristiana y, en particular, se presenta el ideal del sacerdocio ministerial.
5.      A los seminaristas hay que recordarles una consolidada verdad pastoral: «Nadie es más adecuado que los jóvenes para evangelizar a los jóvenes. Los jóvenes estudiantes que se preparan al presbiterado, los jóvenes y las jóvenes en vía de formación religiosa y misionera, a título personal y como comunidad son los primeros e inmediatos apóstoles de la vocación en medio de otros jóvenes»
6.      También el periodo universitario, en muchos países, está convirtiéndose para los jóvenes en un tiempo fecundo para sus propias opciones de vida. Los años de la juventud son preciosos y decisivos para la búsqueda del sentido pleno de la propia existencia.
7.      La promoción de la vocación sacerdotal encuentra sus puntos fuertes en las propuestas de formación a la vida cristiana, basadas en la escucha de la Palabra de Dios, en la participación en la Eucaristía y en el ejercicio de la caridad.
8.      En cada forma de catequesis no se ha de descuidar la presentación de la vocación sacerdotal.
9.      El Centro Diocesano para las Vocaciones podría proponer y organizar la iniciativa del monasterio invisible, que compromete a muchas personas, día y noche, en la oración continua por las vocaciones sacerdotales.
10.  Los retiros y los ejercicios espirituales vocacionales, organizados para los jóvenes, tienen una notable importancia para permitirles que vivan la experiencia del silencio, de la oración prolongada y confrontar sus vidas con la Palabra de Dios.
11.  EI Seminario menor puede ofrecer a los niños y adolescentes la oportunidad de ser acompañados, educados y formados para discernir el deseo de ser sacerdotes.


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